Hoy solo tengo impresiones visuales de la observación astronómica de la noche anterior. Noche de 3 horas de observación compuesta por visualización de la Luna y cúmulos globulares con los prismáticos de 20*80 y con el telescopio Mak 127 milímetros (mm) de apertura.
Sin lugar a dudas la visión del telescopio que con una distancia focal de 1400 mm, con un ocular de 25 mm nos aporta 56 x y con el ocular de 9 mm nos ofrece 155 x es espectacular en detalles y con características de la superficie, que no solo incluye cráteres, sino cadenas montañosas y otros accidentes de cientos metros de envergadura. El detalle observacional está asegurado, otra cosa es la comodidad ya que el tiempo de exposición en el caso de aumentos tan importantes es realmente rápida por lo que la necesidad de seguimiento en estos casos es imperativo.
Ahora la misma visión de cúmulos globulares es con ambos niveles de aumentos visuales una definición en forma de nube redondeada con mayor definición.
La visión de la superficie lunar con los prismáticos muestra con carácter general, detalles que sin lugar a dudas, luego de casi dos años de uso de este instrumento me mantiene con la misma sorpresa que el primer día. Sin lugar a dudas que la visión binocular genera una comodidad que influye en este concepto y el hecho que los 20x aportados nos genera la posibilidad de una visión en conjunto formidable pero que deja muchos detalles que se pueden ver con precisión sorprendente.
En el caso de los cúmulos globulares M57 y M5, se muestra como una nubosidad muy esquiva, se en el primer caso pero también lo es para el telescopio.
En conclusión y en este 05 de Junio de 2022, a 32 años de haber terminado la carrera de médico, continúo disfrutando de la profesión pero mirando el cielo como aficionado a la astronomía y disfrutando de instrumentos con la sensación de que mientras cuya mayor modestia se presenta inversamente proporcional a la sorpresa de su calidad.
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